Los otros.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

LA CUCHARACHA. NO SE QUIERE DOBLAR.

Mi nombre es Javier. Soy Mentalista.

Llevo dos horas y cuarto encerrado en mi habitación mirando fijamente a una cuchara de acero inoxidable que mantengo a la altura de mis ojos sostenida por mi brazo derecho intentando doblarla con la intensidad de la mirada y mi poder mental. 

Pero no hay manera, la maldita cuchara no se dobla. 

¿por qué no se dobla?, estoy empezando a quedarme estrábico,bizco,tuerto de tanto fijar la mirada en la cuchara.

Y sin éxito. 

Yo la miro con cara de pocos amigos, frunzo el ceño,enarco las cejas,me mentalizo,le ordeno que se doble, que se doble,que se doble,que se doble...y la cuchara pasa totalmente del tema, se mantiene recta. Si no fuese porque es un objeto inerte desprovisto de vida me cagaría en su puta madre. De hecho, confieso que ya lo he hecho, y no menos de 70 veces en éstas dos horas y cuarto de agonía mentaloide.

Desespero,aunque aún no tiro la toalla, me seco el sudor de la frente con ella.

Sé que podría comprarme una cuchara de pega, practicar el número trucado y mostrarlo en público simulando que la doblo.

Lo sé, es lo que hacen todos los demás,pero yo, Javier, soy auténtico y quiero hacer mentalismo de verdad,sin trampa ni cartón. Doblar la  cucharita con la mirada. 

¿acaso es demasiado pedir?,¿es pedir demasiado acaso?. El orden de los facores no altera el producto pero me quedo mas tranquilo formulándome dos veces la misma pregunta.¿por qué?, qué se yo. Dos horas y cuarto mirando un objeto metálico inoxidable que se niega a doblarse por pura cabezonería tal vez sea la explicación. No se dobla porque no quiere!.

 

Y yo no quiero volver a hacer el ridículo.

 La última vez que intenté éste numero ante el público me quedé solo, abochornado y abatido. Llevaba ya media hora mirando la cuchara  sin que ésta mostrase indicio alguno de ductilidad;  y tras las risas y algún que otro insulto vejatorio hacia mi persona y mi talento, se fue agotando la paciencia del auditorio, que  fue levantándose  y abandonando el garito.  A solas mandé a tomar por culo la cuchara de una patada. Ésta se estrelló contra el cristal de una ventana y, para colmo, tuve que pagar el desperfecto. La actuación,  además de haber sido un total fracaso, me salió cara.

Me duele el hombro de mantener la cuchara en alto y a veces descanso para cagarme en todo lo que se menea, pero de poco me vale. Vuelvo a intentarlo.

Tengo que conseguirlo: Dóblate,dóblate,dóblate, que te dobles, que te dobles, dóblate cuchara de mierda, mierda de cuchara dóblate, dóblate o te...te... te...¿qué te puedo hacer?, nada!, maldita sea...( inspiración, respiración. Calma Juan. Concentración).

 

Es mi punto débil como mentalista, tengo mal humor,pierdo la paciencia y me desconcentro, al desconcentrarme,claro, no hay cuchara que se doble.

Es un pulso mental entre ella y yo. Ella es tenaz, yo contumaz. Ella no da su mango a torcer, a mí se me salen los ojos de intentarlo y , por San Pancracio, que no cesaré. Se me inflamará la cornea y la irritación se convertirá en catarata,pero yo voy a mirarla hasta que se doble, por mis santos cojones mentales.

Es una profesión dura ésta. 

Recuerdo el día en que descubrí que tenía poderes.

Una noche iba yo andando cabizbajo por la acera, sin perspectiva en la vida, perdido y desganado, alicaído y desmotivado, cuando pasó a mi altura un tío conduciendo una moto por la carretera. La moto iba haciendo ESES y de pronto un pensamiento repetitivo martilleó mi cabeza "Se la va a pegar, se la va a pegar, se la va a pegar" me decía a mí mismo.

Y efectivamente, aunque parezca increíble, se la pegó.

Fue una premonición que tuve.

El de la moto agonizaba en el suelo, pero yo estaba tan impresionado por mi primera experiencia de poder mental que no le brindé ayuda alguna.El decía "aaaarrggg" creo recordar, y yo estaba a su lado, pero lejos de atenderle, fuí presa de nuevo de otra Premonición, otro pensamiento adivinatorio que me decía "las va a palmar, las va a palmar, las va a palmar".

 Y efectivamente las palmó.

Dejó de decir "aaaarrrgggg". Vi acercarse una ambulancia e hice mutis por el foro. 

Desde entonces me dedico cada día a desarrollar ese Don que Dios, Alá,Buda o el Chí Campeador me otorgaron. 

Pero hay días como éste en el que dudo de mis poderes.

Antes de descubrir que los tenía me dedicaba al noble deporte de la Arterofilia.

Levantaba a pulso todo lo que veía yo que era tocho y pesaba mucho: Una bombona, una mesa, una estantería cargada de libros,la tele con una mano,la lavadora, la nevera, al vecino gordo cada vez que me lo cruzaba,los contenedores de la basura,los carritos de la compra llenos...todo.

Tenía cierta obsesión con levantar peso. Era fuerte, tenía unos brazos que parecían piernas y unas piernas que parecían columnas romanas.Colosales. Marmóleas.

¿Qué decir de mis manos?. Unas manos amplias como sartenes y unos dedos con un grosor superior a las salchichas de carnicería.  Era yo un animal. Un simple fortachuelo sin poderes mentales.

Eso sí, ya me gustaba manipular los objetos, como ahora. 

Bueno, antes los manipulaba, ahora también los manipulo pero sin la mani, solo los pulo. Antes los cojía con las manis, era manipulación, ahora es pulación a secas, poder mental integral. 

Pulo sin mani. Aunque a veces, como hoy, me cuesta.

Me cuesta.

Estoy agotado.

Miro de nuevo la cuchara y me entra la mala leche.

Dentro del mundillo de los mantalistas del país me llaman "el vajillas" porque me he especializado en cuchillos,tenedores y cucharas. 

 

Ay Dios mío...mi madre tenía razón. "Hijo" me decía " deja de mirar tanto la cuchara y cómete el cocido de una vez,que pareces tonto".

No lo hice caso y así me va.

Soy mentalista profesional pero el dinero me lo gano contando chistes en los semáforos.

Tengo un libro muy bueno que se llama "los 100 mejores chistes verdes". Cuando paran los coches con el semáforo en rojo me aproximo a las ventanillas de los conductores y les leo uno.

A veces me dan una moneda, a veces me dan una hostia.

Nunca compensa, pero el trabajo es el trabajo. 

Y ahora, voy a seguir a lo mío.

Voy a mirar de nuevo la cuchara, con intensidad, mentalismo y alevosía. Eso sí, como no se doble en 15 minutos, más no le doy, me la como a bocados.

Y no descarto volver al mundo de la arterofilia.

Antes vivía con menos frustración. Quería levantar algo y lo levantaba. Siendo ilusionista como soy ahora no consigo doblar nada, no digamos ya hacer desaparecer un objeto...eso es imposible!, y mira que lo intento.

Frustración.

En fin.

Tal vez el año que viene la suerte esté de mi parte.

(Tengo hambre, después freiré un par de huevos sobre mi mano de sartén. Las tengo calentitas, sudando del stress éste que produce el quiero y no puedo).

Cuchara, ¿por qué no te doblas?. Dóblate joder, dóblate ya...

Nada, no hay manera. 

Voy a intentar hervirla, como los espaguettis, a ver si así se reblandece y da de sí...


Aunque igual, el que debería hervirse un poco debería ser yo.

No es mala idea.

Voy a calentar un barreño.

Tengo que ser mas blando.

Me lo pido para el año nuevo.

Por cierto, felices fiestas.

Bye Bye.

 




miércoles, 5 de diciembre de 2012

HE VUELTO.

La cola no avanza. 

Debo llevar tanto tiempo esperando que se me ha olvidado porqué vine hasta aquí. ¿Vine yo o me trajeron?. No lo sé. Tampoco me importa ahora mismo.

No reconozco el lugar. Es todo blanco: el techo blanco,las paredes blancas, el suelo blanco...

Le pregunto al dueño de la espalda tamaño matrimonio que hay delante de mí el motivo de nuestra espera.

Se da la vuelta y me habla pero no le entiendo.El hombre tiene una boca del tamaño de un ojo.De hecho, tiene la boca donde debería estar su ojo derecho, y el ojo derecho donde suele estar la boca. Más que hablarme, me giña la boca emitiendo un sonido que me suena pero no reconozco ni descifro.

Le doy las gracias giñándole el ojo yo también,por cortesía. Aplicando sabiduría popular al asunto "allá donde fueres haz lo que vieres". 

No sé a qué atenerme.

Me inquieto un poco;pero después me digo a mí mismo ¿para qué voy a inquietarme?, y dejo de inquietarme.Así de sencillo. Me felicito por la rápida solución al conflicto personal naciente.

Miro detrás mía. Hay un ciervo.

Le pregunto por la Berrea de éste año. Me responde que muy bien,se ha peleado a cornazo limpio con 20 machos,se ha apareado con 15 hembras, ha adelgazado 20 kilos, ha perdido media cornamenta y casi pierde la otra pero está muy contento, "que me quiten lo bailao" me dice finalmente.

Sin nada más que decir ni responder a las preguntas que me hace el ciervo, que son exactamente ninguna, vuelvo a mirar hacia adelante. 

Me imagino una almohada a la altura de los hombros del dueño de la espalda del hombre de un ojo derecho donde su boca y una boca donde su ojo derecho. Dejo posar mi cabeza sobre la almohada. Cierro los ojos. Sueño que soy Don Mendo atrapado en la mazmorra de un castillo.El vil carcelero me mete una rata por el culo - viva- y el asqueroso animal comienza a roer mis órganos, mis flautas, mis violines...toda la orquesta interior. Mientras ésto comienza a suceder, el Vil carcelero me abre la boca, me mete un gran embudo y a través de él introduce un gato negro en mi cuerpo. Éste carcelero,Vil donde los halla, es un torturador creativo, no contento con la tortura de la rata, añade un gato para que me destroce los higadillos,el pancreas, el bazo y los intestinos buscando al maldito roedor para cazarlo y comérselo  en mi interior.  

Me despierto dando vueltas en el aire como un aspa de molino. El gigantón "boquiojaldre" me tiene cojido por los piés y me da vueltas a dos metros sobre el suelo antes de lanzarme y caer.

Al hacerlo,rompiéndome el dedo pequeño del pié izquierdo (detalle que me la suda pues sé que éste dedo con forma de diente de ajo no vale para nada y por tanto está condenado a la desaparición evolutiva del ser humano) me doy cuenta que al despertar vomité sobre la espalda del gigantón "Boquiojaldre" y por eso fue que me utilizó como aspa de molino para tirarme al suelo vilmente. Al decir "vilmente" me acuerdo del carcelero y sonrío al comprobar que todo fue una pesadilla.

Me levanto, vuelvo a mi sitio en la cola. Le pido perdón al "Boqui".

En mi bolsillo tengo un bote de sprite.Lo agito y pinto sobre la espalda, tamaño matrimonio ligeramente vomitada, un grafitti en el que se puede leer, no sin esfuerzo: SEÑORES ¿A QUÉ ESTAMOS ESPERANDO?.

Intento expresar con ésta pintada la inquietud,tocada pero no hundida, que se pregunta eso mismo:¿ qué coño hacemos en esa cola?,¿qué estamos esperando?

El "Boqui", que dice ser huérfano sin venir a cuento pues no le he preguntado nada al respecto, me mete acto seguido tal puñetazo en la cara que hace estallar mi dentadura y saltan todos mis dientes al exterior, quedándome en un abrir y cerrar de Boca, la del ojo del Boqui, totalmente desprovisto de Marfil. Me siento abuelo instantaneamente.Incluso me brota una boina sobre la cabeza y una garrota, que agarra mi mano izquierda.

Le regalo la garrota al Ciervo, que , con cinta adhesiva, se la coloca cutremente a modo de cornamenta sustituyendo la que le falta. 

Me da las gracias y yo le devuelvo el cambio en forma de "no hay de qué".

Empiezo a cansarme del Absurdo.

¿dónde estamos?

Techo blanco,paredes blancas, suelo blanco...una cola de tres que ni avanza ni retrocede...un monstruo delante, un ciervo detrás...definitivamente no sé qué pinto aquí.

Y como no lo sé, pido una goma al ciervo y me BORRO.

Me borro de allí y desaparezco, apareciendo aquí, a los mandos del teclado de la Computadora .

He vuelto.