Los otros.

domingo, 19 de octubre de 2014

BUENAS INTENCIONES. Primera parte.

Hace ya dos años y seis meses que hice aquello, fue una buena acción, muy buena, pero a veces...no se, pienso que hoy día sería mas feliz si mi curiosidad no se hubiese posado casualmente sobre la nota escrita en aquel posit.

Sucedió una mañana de Abril . Llevaba andando a paso ligero  mas de dos horas , necesitaba estirar las piernas ( la noche anterior había dormido sentado en un foto-matón) y tenía una sed terrible. Como beber de las fuentes públicas me da asco y en los bares corro peligro, entré en el primer portal que encontré abierto.Resultó ser una asesoría. En la oficina había tres mujeres que, al pedirles tal favor, se miraron unas a otras como diciendo "¿qué dice éste tío?" así es que insistí "¿podrían ofrecerme un vaso de agua,por favor?.Tengo mucha sed". Una de ellas, la que tenía mas cerca, se levantó , me dijo "claro, espérese un momento" y salió por una puerta que había al fondo. Las otras dos me miraron de arriba a bajo sin disimulo. Por unos instantes me sentí un hombre florero,sensación que me gustó pero, poco acostumbrado a ser objeto de las miradas , que yo juzgué como "picaronas", de las mujeres, me sentí algo tenso. Para romper el hielo, se me ocurrió decir "en Abril, aguas mil". Acto seguido, las dos mujeres, sentadas frente a sus ordenadores, se miraron y reprimiendo lo que se anunciaba como una carcajada a mi costa, bajaron sus cabezas y aparentaron teclear algo. En ese momento, por no quedarme tieso como una estatua, me acerqué a la mesa de la mujer que había ido a por un vaso de agua para mí. Me fijé en la pantalla de su ordenador, la tenía rodeada de posits amarillos de distintos tamaños. Me dio tiempo a leer tres, en uno ponía " Gallina en pepitoria en you tube", en otro "entregar informe completo" y en la tercera, para mi sorpresa, se podía leer:

 " Acabar con todo de una vez". 

En ese momento, la presunta autora de las notas volvió con mi vaso de agua. "Aquí lo tiene" me dijo, alargándome su brazo derecho para entregármelo (el vaso, no el brazo). Como en aquel momento me hallaba yo un tanto cortocircuitado por lo que acababa de leer, calibré mal la distancia y al intentar coger el vaso se lo tiré encima de un zarpazo, mojándole la camisa blanca que llevaba, que al momento se volvió transparente dejando ver su generoso escote, bello y frondoso como un valle Asturiano, pero sin vacas. No recuerdo  si le dije "lo siento", lo que tengo claro es que se me escapó un inoportuno "virgen Santísima" y que seis ojos me miraron inquisitivamente justo antes de salir de aquella oficina con la misma sed que antes.  Ya en la calle, me dirigí a un paseo cercano y me senté en un banco a reflexionar sobre lo sucedido. Durante la primera media hora me costó centrarme en lo importante, es decir, en el posit que ponía " Acabar con todo de una vez", y es que la imagen de aquel escote me asaltaba impertinentemente, sin pedirme permiso, como la publicidad en internet. Me costó centrarme, como digo, pero por fín (prometiéndome a mí mismo solucionar aquella calentura esa misma noche en el foto-matón) logré controlar mis pensamientos y analicé la cuestión monologando interiormente tal que así:

 ¿La mujer que me dio el vaso de agua  querrá suicidarse?."Acabar con todo de una vez" puede significar mil cosas pero entre ellas significa también quitarse la vida. La historia está llena de ejemplos de personas que antes de suicidarse dejaron mensajes de despedida aparentemente insignificantes que los demás no supieron comprender y que por tanto no tuvieron la ocasión de remediar...sin embargo, si éste fuese un mensaje de despedida, yo si lo entiendo!. ¿Por qué  lo escribirá en un posit a la vista de cualquiera?...¿es sólo una llamada de socorro?,¿una súplica de cariño desesperada?...¿se trata de una broma quizá?,¿es un chiste que, como la mayoría de los chistes, no entiendo?...¿le falla a ésta mujer la memoria y tiene que recordarse continuamente que quiere acabar con su vida?... o ...¿se trata de una persona tan organizada que hasta su muerte la quiere tener controlada?; ¿el posit será reciente o tal vez halla caducado su mensaje y se halla disipado su intención?,¿por qué querrá acabar con todo ?,¿se atreverá a hacerlo de verdad? no sé por dentro pero por fuera se le veía estupenda, alta, con el pelo castaño claro, limpio y brillante,rostro fino y elegante, ojos color miel, en la flor de la vida (a punto de marchitarse pues podría tener unos 39 años ) y un  cuerpo...bueno, mejor no pensar en su cuerpo que me descentro. Un cuerpazo!!. Eso sí, su mirada era triste. Ese dato es importante, la mirada triste. Aunque tal vez no era tristeza, era sólo que no le gustaba lo que veía, que era yo , vestido con un chandall rosa que debió pertenecer a una niña de 11 años antes de caer en mis manos. Y ahora que caigo, por eso se debieron reír sus dos compañeras, a decir verdad no me queda nada bien éste chándall. Sus miradas al fijarse en mí, que yo juzgé como picaronas, eran mas bien de mofa, claro. (por cierto, he de ir donde las monjas a que me den un atuendo mas adecuado a mi cuerpo. Y hablando de cuerpo...qué cuerpazo tenía la presunta suicida!!...no,no, que me descentro). ¿Y si era tristeza y lo que ha escrito en el posit es cierto y ésta noche decide quitarse la vida?, tendría que impedirlo, ella me ha dado un vaso de agua, y aunque no me lo hubiese dado.Qué cuerpazo!!...no,no. ¿Qué hago?. Si, esperaré a que salga de la oficina, seguro que sale a las tres (qué escote!!) entonces la seguiré a todas partes (y le miraré el culo) vigilaré sus movimientos (todos, todos) y si veo algo extraño...ya se me ocurrirá algo . Si, eso voy a hacer. Pero antes he de solucionar ésta calentura, si no lo hago no me dejará pensar con claridad.

Tras éste monólogo reflexivo, pedí la hora a alguien que pasaba, como eran las 12 del medio día aún, me levanté del banco con la intención de ir donde las monjas para mejorar mi imagen, al hacerlo, oí el "raaas" que hace (aproximadamente) la ropa cuando se rasga (de ahí lo de "raas", de rasgar) y es que el banco estaba recién pintado y la parte del pantalón del chandall que cubre lo que viene a ser el culo, se me quedó en el asiento pegada, quedando mi calzoncillo enteramente al  descubierto. Tras éste chasco, y aún sediento, corrí como una liebre en pos del convento de las Hermanitas de la Caridad. 

A las 14,30 de la tarde ya estaba yo duchado, comido, bebido (en el mineral sentido de la palabra), descargado (sin calentura) y bien vestido, con un traje marrón a rayas blancas - tal vez algo antiguo y una migina estrecho - camisa naranja - que no planché por las prisas-, corbata plateada - sin pega ninguna- medias azules de futbolista y sandalias de cuero, como las que llevaba Fray Perico (el de su borrico). Vamos, hecho un pincel, y dispuesto a salvar la vida en peligro de aquella mujer que me había dado un vaso de agua.


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