Los otros.

martes, 1 de octubre de 2013

EN PIE.

Ando, camino, voy andando, caminando.

 Recorro calles, avenidas,plazas,parques...voy con la mirada al frente,decidido, adelante, a buen ritmo, moviendo las piernas con soltura, en movimiento,sin tensiones, simplemente me desplazo.

Avanzo, cruzo barrios enteros sin pensar en nada,disfrutando de la lluvia que cae ,sintiéndome libre y perdido,sin buscarle una explicación a mi conducta,sin juzgarme. Huyendo de todo imaginariamente.

Deja de llover, me dirijo al río y en la mitad del puente, después de varias horas sin descanso, me paro. Respiro. Entonces comienzo a concentrarme en el aire que cojo, el abdomen que se me hincha y en el aire que expulso. Sigo parado, en pié sobre el puente.

La gente que va de un lado a otro me mira al pasar.  Los que van en mi sentido se dan la vuelta al adelantarme; los que van en sentido contrario me observan hasta cruzarse conmigo. Les extraña ver a alguien parado sin que esté mirando algo en concreto , usando el móvil o haciendo cualquier otra cosa que justifique su parada en público, sin actitud de espera, en medio de un puente. 

Me pita un coche con tres chavales dentro que parecen reírse de mí. 

Sigo parado,con los brazos caídos. Estoy bien, el cuerpo no me pide continuar.

Se acerca hasta mí una pareja que va caminando deprisa, haciendo ejercicio con ropa deportiva. Él me pregunta si me pasa algo, ella si necesito ayuda; agradeciéndoles  amablemente su interés les digo que no. Siguen su camino mirándome con extrañeza.

Un hombre mayor se me acerca con su perrito y me pregunta sin rodeos pero con educación y,sobre todo, con mucha curiosidad,por qué estoy ahí parado. Le digo la verdad,porque estoy bien ahí, no hay otra razón. Su perro me ladra.El hombre gris, de pelo gris, rebeca gris y pantalones grises,insiste con la misma pregunta pero ante mi levantamiento de cejas y de hombros se va a regañadientes tirado por su mascota hacia adelante.

 Me doy cuenta de que creo cierta expectación,pero no me importa,es mas, me agrada.Empiezo a jugar a ver qué pasa.

 Un grupo de ciclistas que se acercan por el arcén que tengo a mi derecha se fijan en mí.El primero del pelotón lo hace imprudentemente, se acerca demasiado al bordillo sin darse cuenta,choca contra él,la rueda se tuerce por el impacto,cae de cabeza con las manos por delante y hace caer a todos los demás unos encima de otros.  La caída es aparatosa pero nada grave, los coches ,al verlos, se desvían a su izquierda para evitar la colisión. Los ciclistas, ya en la acera, me miran como si yo fuese el culpable, de hecho uno de ellos , el mas ofendido por la tonta caída,bajito y cabezón como el pequeño de los hermanos Dalton, me dice que siga andando, que despisto a los conductores. Le miro pero no le hablo, después ya ni le miro por no entrar en conflicto,pero resulta peor  así, se envalentona y sus compañeros tienen que frenarle para que no se me encare. Le convencen para que monte en su bici y retoman la marcha entre los insultos del pequeño gallito envuelto en su maillot ajustado. Parece la hormiga atómica, versión malas pulgas.

 Sonrío como la Mona Lisa.

No tarda en llegar un coche de la policía municipal ligeramente veloz. Frenan justo a mi altura, siento como el crujir de un hueso (el freno de mano) y sale la pareja a mi encuentro. Me piden el carné. Saco mi cartera del bolsillo trasero derecho de mi pantalón,la abro, extraigo el DNI y se lo entrego. Mientras uno comprueba si tengo antecedentes o me he escapado del psiquiátrico, el otro me mira como si fuese un masay en la corte del Rey Arturo. El otro vuelve con cara de decepción (estoy limpio) pero aún así me dice que debo circular, que estorbo el tráfico de peatones. Le digo que no estorbo nada, la acera mide casi dos metros y el resto de viandantes pueden pasar perfectamente.

 Discutimos,yo con calma pues intuyo cada vez con mas firmeza que no pueden obligarme a andar si no quiero pues no es delito ninguno; ellos con una tensión que va en aumento, dirigiéndose verbalmente hacia un callejón sin lógica ni salida.Intentan provocarme pero de nada les vale porque me la suda todo,sin ánimo de ofender a nadie.

Ante la derrota, que yo no siento como victoria pues ni compito ni guerreo con nadie,se meten de nuevo en el coche , ésta vez algo contrariados, amenazándome con dormir en la comisaría si me paso un pelo.

La escena ha sido vista,atendida y admirada por decenas de personas que se han ido agolpando en las dos aceras, personas que me aplauden al ver que se alejan los municipales. No se porqué.

Tras cinco minutos,en los que me siento único y extraño a la vez, aparece un grupo de jóvenes y no tan jóvenes que se dirigen hacia donde estoy, se ponen a mi lado, parados, como emulando mi actitud y me dicen que están conmigo, como si fuese yo el líder de un movimiento o reivindicase algo.

 

No les digo nada, totalmente admirado de lo que va pasando a mi alrededor. Se suma mas gente, grupos con pancartas en las que se puede leer "Ya está bien,no daremos un paso mas" o "De aquí no nos moveremos hasta que halla justicia" o "Hasta aquí hemos llegao" o "¿Para qué andar si no sabemos a dónde ir?". Consignas que enarbolan con ilusión y rabia a partes iguales . Cuento el número de asistentes al inusual acto,asistentes en pie, parados como yo en medio del puente. Y llego a 178. Empiezan a parar también coches y camiones, todos parados y en silencio. Sigo contando: 250, 335...ya no puedo contar mas, hay personas y vehículos a lo largo y ancho de todo el puente.

 Se oyen sirenas.

Muchos me miran con tal necesidad de creer en algo, de creer desesperadamente que lo que hago (que no es nada!) tiene algún sentido que...aunque me dan ganas de seguir andando y decirles que se equivocan conmigo, siento un enorme reparo, no quisiera decepcionar esas caras  tan sedientas de esperanza, tan deseosas de un cambio.Mi actitud, aunque parezca ridículo , les parece una lección, un símbolo, una protesta.

 Con cara de circunstancia sigo en pié, sin moverme y en silencio.En esas estoy cuando aparece la policía, en coche y en moto, los anti-disturbios,ambulancias,bomberos, la prensa, los de la tele!.

Si, se me acerca una reportera, micrófono en mano, y un cámara para preguntarme qué es lo que reivindicamos, si el movimiento EN PIE ha surgido como consecuencia de la corrupción política o del paro o de todo en general. Yo no se qué contestar. Un grupo de policías se acercan a mí abriéndose paso a empujones entre la gente parada en el puente, llegan  hasta donde estoy, tapan la cámara, desenchufan el micro de la reportera, me reducen y me llevan con ellos detenido. Cientos de personas EN PIE sobre el puente protestan,gritan desde sus puestos, sin moverse.  Veo cómo una marea de gente se acerca a los aledaños del puente, ya inaccesible y colapsado, y se quedan inmóviles también. Tras los gritos de protesta, guardan un silencio más que trágico, trascendental. Resulta impresionante.

Observo la escena perplejo mientras uno de los policías me baja la cabeza para entrar en el coche.

Duermo en comisaría. A la mañana siguiente me sueltan porque sigo sin haber cometido ningún delito realmente. En la puerta me esperan cientos de personas que me aplauden y jalean. Les sonrío con sorpresa. Me rodean, me siguen, caminan conmigo. 

Entro en un café a desayunar porque tengo hambre. Los demás me invitan a vernos en la plaza Central  "ya verás lo que has creado, amigo" y después desaparecen. 

Mojando la tostada de mantequilla en el café con leche miro la tele y veo miles de personas en pié,parados, sin hablar ni emitir sonido alguno, pero no sólo en la plaza central de donde vivo, también en Madrid, en Barcelona, en París, en Lisboa, en Atenas, en Roma, en el Cairo, en Irak, en Afganistán, en Nueva York, en Londres, en Casa Blanca, en Rabat,en Moscú, en Tokio, en Estocolmo,en Sao Paulo, en Buenos Aires, en Santiago de Chile...una voz en off habla del nacimiento de un movimiento sin precedentes llamado EN PIÉ. 

Un jaque al sistema, un virus humano que lo detiene de forma drástica y literal, un movimiento con el que no contaba la clase política, descolocada totalmente y sin poder de reacción:

Boquiabierta.


Ante tal noticia y ésta nueva realidad, de la que me siento accidentalmente gota que colma el vaso (pero para nada responsable del derrame) opto por irme a la cama a dormir.

Si mañana despierto y me doy cuenta de que ha sido un sueño, curioso sueño habrá sido, si por el contrario resulta que estoy despierto...me uno al movimiento EN PIÉ. 

De momento alucino, yo me paré en el puente para respirar, porque estaba cansado, simplemente por eso!!. 

Qué cosas, oye. Un nuevo mundo aguarda en la punta de la lengua de los habitantes de la tierra.












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