Los otros.

lunes, 24 de febrero de 2014

EL ASESINO DE LOS DOMINGOS. EL AGENTE CHAMPIÑÓN Y SU AYUDANTE FOXTERRIER.

Al día siguiente, Portugal amaneció consternada por la matanza de Lisboa. La noticia alarmó al país entero, acaparó las portadas de todos los periódicos. En la radio y en la televisión no se hablaba de otra cosa. 

 Aquel mismo Lunes, a las nueve de la mañana , el Agente Champiñón y su ayudante Foxterrier abandonaban,de muy mala gana, el apartamento que habían alquilado en primera línea de playa en la capital del Surf, Ericeida,a 50 kilómetros de Lisboa. Y es que no se iban por gusto,obedecían órdenes. Desde la comisaría central de París les encomendaron la misión de ayudar a la Policía portuguesa en el caso, aprovechando que estaban cerca, aunque fuese de vacaciones. 

El Agente Champiñón se había ganado cierta reputación después de haber capturado, años atrás, a "Henry el asqueroso", el abominable violador de ancianas que sembró el terror en residencias y geriátricos de Francia.La labor de su ayudante Foxterrier, compañero inseparable, fue decisiva: Disfrazándose de anciana - decrépita, como le gustaban a Henry- y colocándose estratégicamente apoyado en la baranda de uno de los puentes sobre el Sena , lograron atraer al enfermo sexual, tentar su depravada calentura y picar el anzuelo (aunque mas que picar, mojó. En el momento de la violación, Champiñón, que debía estar al acecho y dispuesto a entrar en acción en cualquier momento, andaba distraído tras la ingesta de hachís ,vía porrete, y redujo a Henry ya después de haber consumado el acto aberrante, para desgracia y desgarre anal de Foxterrier). En cualquier caso, como digo, la captura de "Henry el asqueroso" le dio fama y prestigio. 

A las 9,45 de la mañana de aquel Lunes, el Agente y su ayudante eran recibidos con gravedad a la entrada del gabinete central de la Gendarmería Portuguesa (en Lisboa) por el inspector jefe de la policía que a continuación les relataría los acontecimientos acaecidos el día anterior (Domingo) en aquel sangriento tranvía.


Mientras tanto, nuestro peligroso amigo Pepe Toni se alejaba de la capital portuguesa conduciendo un flamante moto carro verde recién robado. Atravesó el país entero sin descanso, conduciendo por carreteras comarcales y caminos vecinales.


 En sus años de lazarillo con Bartolo, el payaso gerente del tren de los escobazos, no sólo aprendió a  dar garrotazos y a disfrutar del dolor ajeno, sino también a conducir (cosa que hacía con frecuencia para que el feriante  pudiese dormir la mona a gusto en los viajes de pueblo en pueblo) y a saber orientarse por éste tipo de carreteras.

Llegó a España sin problema, parando únicamente para pastar en algún monte ( seguía alimentándose de hierba fresca) y repostar gasolina, que pagaba con sus ahorros como limpiabotas.

En el gabinete central de la gendarmería portuguesa, el Agente Champiñón y su ayudante Foxterrier perdían la paciencia con la parsimonia y la saudade que caracterizaban el gesto, el ritmo y las explicaciones de las autoridades Lusas. Tras varias horas de confusa charla , en torno a la matanza de Lisboa, a base de susurros y muecas lastimeras por parte del inspector jefe de policía Lisboeta, Champiñón atajó el asunto diciendo "al grano, señor Pereira - que así se llamaba el inspector - enséñenos el retrato robot del asesino y le daremos caza lo antes posible". 

A lo cual, el inspector Pereira contestó con un "ahora mismo" que tardó en concretarse cuatro vueltas de aguja de reloj, para desesperación del agente y su ayudante que se amargaban pensando en el lindo tiempo perdido, pudiendo estar en esos momentos tomando el sol en la playa de Ericeida.

Para cuando el retrato robot de Pepe Toni estuvo listo, ya estaba éste en la provincia de Teruel,España.  Tras largas horas de conducción temeraria a lomos de su verde moto carro, hizo un alto en el camino para descansar. Camufló el vehículo entre unos arbustos y subió a unas peñas en busca de refugio. 

Lo encontró accidentalmente, cayendo en una cueva que se hallaba oculta tras unas zarzas.  Ya en el interior, aturdido por la caída y los golpes,y con signos de agotamiento, cerró los ojos y durmió a pierna suelta.

Al despertar, oyó voces que procedían del túnel oscuro por donde se prolongaba la cueva. Las voces se acercaban a él, pronto distinguió el foco de luz de varias linternas, quiso escalar y salir de aquel agujero, pero no lo consiguió y fue atrapado, maniatado y amordazado por tres hombres de unos treinta y pico años, cabeza ancha, pelo de punta en la coronilla,coletilla por el cuello y pendiente de aro en la oreja izquierda.

Lo condujeron a un habitáculo, dentro de la cueva. Entre ellos hablaban en euskera, se trataba nada mas y nada menos que de un comando Etarra, resultando ser aquel lugar un auténtico zulo.


Viendo el retrato robot del presunto asesino del tranvía, el agente Champiñón se llevó las manos a la cabeza como diciendo "trágame tierra". Y es que el dibujo en cuestión ilustraba a una persona con el cuello tan inclinado hacia abajo que sólo se veía un sombrero de paja. "Ques que se?" preguntó en francés, aunque no lo era realmente, "ésto es el dibujo de un sombrero...¿acaso un sombrero de paja fue el causante de la muerte de 12 + una personas?", preguntó colérico y supersticioso.  "No hemos encontrado a nadie que le viese la cara, siempre andaba mirando al suelo" dijo pausadamente Pereira. "¿ y Qué hay de las huellas dactilares?" quiso saber Champiñón. "el sujeto no ha dejado ninguna huella, sólo restos de tierra" dijo Pereira encogiéndose de hombros. "¿restos de tierra?" repitió asombrado el agente.

Y es que ellos no lo sabían, pero a Pepe Toni, de tanto andar a cuatro patas con las ovejas salvajes en el pasado, se le fueron recubriendo las huellas dactilares de pegotes de tierra, incrustándose en su piel y formando una capa dura y terrosa sobre sus yemas.


Paralelamente,los Terroristas interrogaban a Pepe Toni, en castellano, preguntándole quién era y qué buscaba por allí. Pepe Toni, muy nervioso, se puso a balar "beeeeeee" y a balar "beeeeee". Los tres etarras, Iñaki, Aitor y Zaratustra, se miraban entre sí sin saber qué hacer ni qué pensar al respecto, con lo que, como ya pronto se haría de de noche y querían jugar unas partiditas al parchís antes de acostarse, decidieron- en euskera- posponer tal decisión para la mañana siguiente. Así pues, ataron a Pepe Toni a una silla y se fueron a sus camastros a soñar con goma 2, por ejemplo.

Estando sólo Pepe Toni pensó " ésta es la mía" y se comió el trapo que lo amordazaba, deshizo el nudo que ataban sus brazos con sus manos pezuñosas y se liberó de la silla. Buscando la salida, a tientas, pues estaba todo oscuro, se topó con un cuarto lleno de cajas. Por joder a sus tres secuestradores, se llevó todas las que pudo utilizando una carretilla y, aunque no le fue fácil, encontró una salida practicable y sin moros (ni etarras) en la costa.  

En la oscuridad de la noche recurrió a su olfato ovejero y así encontró el moto carro, donde cargó las cajas y salió pitando, sin mirar atrás. 

( Eran las 4 de la madrugada: Iñaki soñaba que derrumbaba un roble a cabezazos, Aitor que se bebía 25 litros de cerveza de un trago y Zaratustra que estaba en una fiesta donde todos bebían cócteles molotov).

A esa misma hora, cuando Champiñón y Foxterrier dormían en  un Hotel de Lisboa -soñando con grandes olas y cuartos oscuros- recibieron una llamada telefónica del inspector jefe. Había sido denunciado el robo de un moto carro y éste hecho delictivo asociado a un personaje extraño con sombrero de paja. De mal humor, nuevamente, se levantaron de la cama maldiciendo al puñetero Pereira y se pusieron en acción siguiendo el rastro del dichoso moto carro de los huevos. 


Amaneciendo ya el día siguiente, Pepe Toni entraba en el noble pueblo de Albarracín, patrimonio nacional por la belleza e importancia de sus monumentos históricos. En su carromato llevaba 70 kilos de amonal y explosivos varios. No tardaría mucho tiempo en darse cuenta y mucho menos en utilizar semejante material para poner patas arriba Albarracín y provocar una nueva atrocidad sin sentido, ésta vez de catastróficas dimensiones.

De la cual, por supuesto, daremos cuenta en el siguiente capítulo,no exento de peligro y emoción pues Champiñón y Foxterrier  pisarán los talones de Pepe Toni, literalmente.


Corto y cambio.





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